Estonia ya ha logrado el éxito en su transformación digital, mientras que otras economías apenas están comenzando. Esta pequeña nación báltica, mejor conocida por albergar Eurovisión de 2002, ha aprendido a convertir la adversidad en ventaja. A pesar de tener solo 1,3 millones de habitantes, Estonia es considerada la nación con la infraestructura digital más avanzada, lo que atrae el interés de líderes mundiales, académicos y algunos de los mayores inversores.
Estonia era un país pobre sin recursos significativos o una industria robusta en 1991 cuando la Unión Soviética se derrumbó, y Estonia obtuvo la independencia. El gobierno concentra todos sus esfuerzos en promover una serie de reformas rápidas para modernizar la economía desde una perspectiva digital debido a la falta de componentes para construir una economía como se había hecho hasta ahora.
Un plan que comenzó con la digitalización de la educación ha llevado a que los estonios realicen actualmente casi todos los procedimientos administrativos a través de Internet, desde pagar sus impuestos en menos de 5 minutos, hasta realizar transacciones bancarias y acceder a sus historiales médicos, incluso votar en las elecciones y formar una empresa en menos de veinte minutos. Según el Banco Mundial, el sistema fiscal es tan sencillo que no hay asesores fiscales y la recaudación de impuestos es más alta que en otras naciones como España o Estados Unidos.
La e-residencia es un programa innovador que complementa esto al permitir que los empresarios extranjeros establezcan y administren corporaciones allí sin tener que trasladarse allí y realizar operaciones comerciales tanto dentro de la Unión Europea como a nivel internacional. Ha sido solicitada por más de 50.000 personas en todo el mundo desde su lanzamiento en 2014. Debido a su popularidad, Estonia ha introducido una visa de nómada digital, una instancia de colaboración público-privada entre el gobierno de Estonia y Jobbatical, una agencia internacional de contratación.
Además, se establece el Impuesto de Sociedades (20%) para que las empresas no paguen impuesto si reinvierten en sus propias operaciones.
Según el Banco Mundial, este modelo de sociedad digital coloca a Estonia como “el rey de las nuevas startups” y una de las 20 principales naciones favorables a los negocios del mundo.
El ecosistema ideal para startups
Con más de 1000 nuevas empresas, Estonia tiene el índice de unicornios más alto (una empresa no cotizada valorada en más de 1.000 millones $) per cápita en Europa y quizás de todo el mundo.
Uno de esos siete unicornios es Skype, un servicio de chat de video que se introdujo por primera vez en Estonia en 2003 y que Microsoft adquirió por 5.920 millones de dólares hace diez años. Los otros seis son ID. me, Playtech, Wise, Bolt, Pipedrive y Zego.
Según Funderbeam, Estonia tiene un total de 1.000 nuevas empresas que emplean a 50.000 personas y han producido más de 1.000 millones de euros en ingresos brutos en los últimos diez años.
Alrededor 4.000 empresas británicas ya se habían establecido en la nación báltica antes de la salida de Reino Unido de la UE, debido al acceso del país a la Unión Europea, el ecosistema de startups, el modelo sociedad digital y estructura tributaria.
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